Mujer desconocida
Lunes 22 de enero
Terapia Nº3 - Lilian de Miranda
Loyola
*Cuéntame Lilian ¿cómo te ha ido?
Háblame de aquella desconocida.
-Esa desconocida siempre está
presente, pero nunca resalta en lo cotidiano de mi vida, total ¿a quién le
importa?. A mí no, pero cada vez que aparece sin lugar a duda deja impresiones
en las personas, algunas veces buenas, otras desagradables en algunos casos
inquietantes e impactantes de ver. Pero son olvidadas al poco tiempo.
*Entiendo.
-Recuerdo que en más de una
ocasión, la sentía con ganas de gritar y salir corriendo. Pero algo la retenía,
se veía abrumada y enjaulada. Pobre de ella. En ocasiones, cuando pasaba por su
costado la escuchaba conversar con otras personas, quienes les decían que la
entendían pero que debía resistir. Nunca sentí lastima la verdad, al fin y al
cabo ¿a quién le importa? era su problema.
La semana pasada fui a un bar con Armando, un compañero de
trabajo, y recuerdo claramente que ella salió del baño. Vestía un escote y una
mini falda que hacían relucir sus largas y finas piernas. Acaparando la mirada
de muchos hombres del lugar. Pude escuchar algunas críticas por la manera de su
de andar. Sé que las mujeres somos difíciles de entender y en muchos casos nos
creemos locas. Lo que sí es real y demostrado científicamente, porque lo leí de
un diario. Es que somos capaces de disociar mejores las cosas que los hombres. Quizás
esa es la raíz de tal connotación. De todas formas no me importaba. Así de
seguro los comentarios no le afectaban a ella y muchos menos los prejuicios de
verdaderos desconocidos.
Finalmente se sienta junto a nosotros.
No dije nada, solo callé y esperé a ver como reaccionaba mi acompañante.
Trataba de concentrarme en la música y en la conversación, que al parecer era
amena para este parcito, ya que se reían de cada palabra y anécdota más estúpida
que pueda existir. Bueno no tiene que ser algo fantástico para que algo que sea
chistoso, menos cuando es evidente que hay un interés más allá de una conversación
con una persona. No transcurrió ni una hora cuando ella ya se notaba ebria levantando los brazos al ritmo de la música. Eso fue muy chistoso e inmediatamente
captó la atención de varios chicos que estaban expectantes. En lo personal, y
siendo objetiva ¡ella es regia y estupenda! sin lugar a duda, era yo la que
opacaba y sobraba en esta mesa, ya que había dejado de hablar hace varios
minutos. No soy tan agraciada como ella, tampoco tengo tanta personalidad como
para hacer esas cosas de llamar la atención y querer resaltar. De todas formas
no me importa. Yo estaba conforme con
pasar un buen momento, ya que casi nunca tenía tiempo para distraerme fuera de
casa. Recuerdo que fue eso lo que hizo
que reaccionará y recordara que debía volver lo antes posible. No lo había mencionado
pero soy madre de un hermoso niño de cinco años y me esperaba en casa de su abuela.
*Te refieres a Camilo.
-Sí, Camilo. Así que me levanté de la mesa y me
dirigí al baño. En ese momento me sentía observada. Pude darme cuenta que mi
compañero de trabajo me siguió hasta la puerta. Debo admitir que siento una atracción
muy fuerte por él pero no podía competir con esa desconocida. A estas alturas sinceramente
me tiene colapsada. Solo su existir me causa repudio y se me estremece el
cuerpo saber que me sigue hasta en un lugar donde pretendo despejarme. Me miré
frente al espejo, y me dije a mi misma que esa mujer no me debe importar.
Al salir del baño estaba él, Armando,
quien se me acerca y trata de darme un beso. Reacciono a tiempo y lo alejo
rápidamente. Caminé unos pasos y veo como esa desconocida pasa por mi lado casi
atravesándome y va de frente para abrazarlo y darle un apasionado beso. Quedé
paralizada no porque me afectará, sino porque fue casi como si sintiera sus
labios pegados a los míos. Sentí una sensación cálida que lleno mi ser. Fue entonces
que esperé a que ellos bajaran juntos y se sentaran en la mesa. Me acerque solo
para ver si me tomaban en cuenta, pero ambos estaban mirándose fijamente. Me senté
de igual forma y bebí una copa tras otra
sin importar quedar inconsciente por el alcohol. Lo último que recuerdo doctora fue que desperté en mi casa, y en mi
cama, había un hermoso y rico desayuno más un par de pastillas para aliviar mi
malestar. Sé que afuera esta él esperándome,
es muy atento conmigo. Me trae aquí cada semana sin pedírselo y siempre que
salimos aunque aparezca esa desconocida
terminamos juntos.
*Tienes claro que Armando es tu esposo
y padre de tu hijo.
-Sí, y también es mi compañero de
trabajo. Lo único que no entiendo es ¿Por
qué esa mujer pretende alejarme de él?
*Bueno es lo que pretendemos
aclarar…
...
Martes 23 de enero
Terapia Nº6 - Armando Miranda
*Cuéntame Armando ¿cómo te ha
ido?
-No sé por donde empezar doctora…
Fin.
Foto - google imágenes |
Comentarios
Publicar un comentario